El libro de Manolita Espinosa fue el primer libro de literatura Infantil publicado en Castilla-La Mancha, traducido, años después, al inglés (2001).
Manolita Espinosa es una poeta todas las horas del día, aunque escribe muy especialmente por la noche, como “la lechuza” de Machado. Cuando el sol se va a dormir y las estrellas se juntan en el cielo a jugar al corro y a saltar a la comba, Manolita Espinosa enciende la lamparita de su estudio y comienza a convertir sus sueños en poesía. Unos sueños que, por la noche, reflejan colores, soles, nubes blancas, rayos de sol y risas de niños, muchas risas de niños, Manolita es la poeta de la infancia, de los niños. De la sensibilidad y del amor. “Los niños son los protagonistas del mundo”, le gusta repetir a esta poeta que se asoma al cristal del balcón de su casa, a través del cual ve discurrir la vida y, sobre todo, ve pasar a los niños de sus poemas cargados de pesadas mochilas camino del colegio.
Se cumplen cuarenta años del poemario “La voz del país amado”, editado por la Caja Rural de Ciudad Real. Esta obra fue el primer libro de poesía infantil de Castilla-La Mancha y uno de los más representativos de España, en su género. El libro tiene dos partes, la estrictamente poética y un anexo de “juegos y expresiones”, en el que la autora invita a los niños lectores a jugar con las nubes, a contemplar semáforos paliduchos, a visitar un portal de Belén en el mar o a escribir el sonido de las luces del puerto. Poesía pura. Poesía para niños. Poesía para despertar la imaginación. Poesía como herramienta para forjar personas críticas y sabias. Y sensibles. Esta primera edición lleva un prólogo del Prof. Dr. Víctor García Hoz.

Veinte años después, es decir hace veinte años, “La voz del país amado” fue traducido al inglés por Louis Bourne, con el título “The voice of the beloved Country”. Y salió en edición bilingüe (español-inglés-2001) del Ayuntamiento de Ciudad Real. Y con ilustraciones, a todo color, de Jesús Arévalo Lorido. Y hasta el libro se presentó en rueda de prensa, con el estudio y las palabras del Prof. e investigador de este género literario Jaime García Padrino. Y el Concejal de Cultura Rafael Romero Cárdenas. Cuentan las crónicas que Manolita Espinosa presentó su libro “arropada por una multitud de niños”. No podía ser de otra manera. Los niños son la cara brillante de la poesía de Manolita. Su razón de ser. Su misterio y dedicación.
Dijo la poeta en aquella presentación de su libro que “La poesía es capaz de detener el tiempo y de llevarme al país de mi infancia”. Y una poderosa herramienta de transformación: “Es cierto que la poesía no va a cambiar el mundo, pero es imposible que el mundo cambie sin poesía”.
“La voz del país amado” es, según su autora, fruto del juego con los tres destinos del hombre: la voz, el país y el amor. Qué habría sido de esta pionera creadora sin su capacidad de imaginación, sin la determinación para crear su mundo interior rico en sensaciones, ensoñaciones, metáforas, risas y cantos infantiles, Ay, dadme el vuelo de una nube blanca y moveré el mundo. Y Manolita Espinosa logró mover su mundo y conmover a sus lectores.
Manolita Espinosa ha sido capaz de construir una brillante obra con pájaros, nidos, vientos que revolotean, mares verdes, cabellos al viento, gotitas de lluvia cargadas de ilusión y molinos, muchas aspas de molinos de su Quijote particular, del caballero andante de su Mancha natal; gigantes extraídos de los textos de don Miguel, que se enredan en las celosías del Corral de Comedias de su pueblo.
Molino que lates Gigantes del sol Piedras caminantes En tierra marrón |
Sólo Manolita Espinosa es capaz de escribir un canto amarillo, una luna del grillo, mariposas cargadas de cascabeles, ojos de horizontes, silencios con alas, semáforos paliduchos, un gatito con plumas de paja, arañas que hacen sus almohadones, chimeneas a las que les faltan escobas, a trenes con chimeneas de sueños dorados o a los vacíos del amante:
¿Dónde mirará el amante, Ahora, que ya no es la luna La cita de sus miradas? |
Cuarenta años después de la primera edición de “La voz del país amado”, Manolita Espinosa sigue encendiendo cada noche la lucecita de su imaginación. Y se pone a pensar, a imaginar, a soñar y a escribir. A sus ochenta y algún año más sigue construyendo trenes de chimeneas de sueños dorados que jueguen con ellos los niños, los auténticos protagonistas de su mundo.
Desde que Manolita Espinosa publicara su primer libro en 1975 ha escrito cerca de cuarenta títulos nuevos, entre poesía, ensayo e historia. En la actualidad está terminando dos nuevos libros de prosa lírica y de crónicas de su intensa vida cultural, con textos literarios. Además de una breve Antología que reúne poemas de siete libros publicados, titulada “ En la Callle 47- hay un poema en cada puerta”. Tampoco hay que olvidar su incursión inicial en la pintura y su participación en varias exposiciones.